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25 dic 2010

22 dic 2010

NECESITA UN HOGAR, SE HA SALVADO DE MILAGRO, MUY URGENTE

animalesdebaeza@gmail.com


Este es amigo!!!Hasta donde puede llegar la maldad del ser humano????, este perro,amigo, que asi lo han llamado en Begijar, pueblo de donde procede,e3ste animal lo han intentado ahorcar 2 veces!!!, si 2 veces, la primera vez le curaron las heridas, ya estaba bien, desaparecio y aparecio de nuevo a los pocos dias, tal y como se ve en las fotos, el hijo de satanas que lo hizo no se conformo con hacerlo una vez!!!, que pena que no sepamos quien es,y esta nueva ley que ampara mas a los animales se la pudieran aplicar!!!, esto ya no tiene nombre!!!!, pero no se han conformado con eso, tambien le han cortado el rabo !!!!, se puede ser mas cruel???ya se ha quitado de la calle, es un precioso podenco de 1año y cuatro meses, de momento esta ingresado en una clinica veterinaria, pero cuando salga, con esa enorme herida, donde lo llevamos???, os pido por favor una casa de acogida, donde este animal pueda recuperarse, de todo el horror que ha debido pasar, si es una adopcion seria lo ideal!!!despues iria a la protectora, una vez este recuperado, pero ha sufrido tanto que merece una familia que lo quiera!!!
Muchas gracias, y os pido por favor que lo difundais, este caso si es muy urgente
Un abrazo
M teresa
Sociedad Protectora de Animales y Plantas-ALBAYYASA
tlfn 687845718
WEB www.protectorabaeza.es






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21 dic 2010

AVISO DE LA ASOCIACIÓN DE ANIMALES DE BAEZA, PERRO AHORCADO

Images duras

De: Asociación de Animales de Baeza
Fecha: 20 de diciembre de 2010
Asunto: xxx, perro ahorcado




Este es XXX, un perrito que han ahorcado cerca de la protectora, alli no lo hemos encontrado esta mañana, pequeño de unos 5kg rubio y blanco, os pido maxima difusion si alguien de Baeza conoce el perro que lo diga, asi sabremos



quien puede ser el malnacido que fue su dueño, sabemos que es una mujer, el sabado fue a llavarlo a la protectora, no habia nadie ya, le dieron el tlfn, y no se digno a llamar, dijo que lo dejaria atado a un olivo, se subio camino arriba, y parece ser que cuando se cerro la planta de reciclaje, volvio y lo dejo ella sabia que asi no tenia defensa, que moriria por axfisia, como asi ha sido, solo sabemos que es una mujer que iba muy tapada la cara y con gafas de sol, si alguien conoce al perro por favor que me llame, saldra en la television local para ver si podemos coger a esta malnacida
Muchas gracias a todos
M teresa
Sociedad protectora de animales y plantas-ALBAYYASA
TLFN 687845718

17 dic 2010

PERLA

Pequeña Perla, llegaste ha nuestra  casa un mes de diciembre , hace solo tres años, tu habias cumplido los10 ; desde el primer día nos dimos cuenta que eras especial,;  dormiste esa noche en la butaca de nuestro cuarto con tu mantita, la que te pusieron en tu pequeña maleta junto a un abrigo y alguna medicina ¿como no supieron quererte? eras tan simpática y  tan guapa que nos cautivaste enseguida.
Poco días después ya subías a la cama de   Javi,; Él, que jamás dejo subirse a ninguno, te consentía todo, como cuando  te ponias debajo de su silla a la hora de la comida y Él te daba algo de su comida a escondidas . Creo que fuiste una perra feliz en estos últimos tres años,  te mimamos y quisimos mucho y tu nos devolvías con creces el mismo cariño ¡ cuanto agradezco a aquella señora que no quiso adoptarte porque no te veía una caniche de pedigree ¡majadera!
Te quedaste ciega hace unos meses y tu salud se fue deteriorando también; hoy nos has dejado , pero solo físicamente porque siempre estarás en mi corazón. Pronto te llevare junto al que tanto te quiso y quisiste
Adiós pequeña Perla

12 dic 2010

Yo besaría sus manos · ELPAÍS.com

RUTH TOLEDANO 10/12/2010

Sale del portal con dos voluminosas bolsas, una colgando de cada mano. Parece que pesan bastante pero ella las lleva con esa ligereza con que las personas más fuertes manipulan las cosas grandes y aparatosas. Casi menuda, dice que las caminatas nocturnas la mantienen en forma. Lleva un pantalón de chándal, un forro polar azul y un par de zuecos de goma, de esos con agujeros por arriba que antes solo calzaba el personal sanitario o el de la limpieza y que de pronto empezamos a ver en los pies de los turistas yanquis y de las modelos más díscolas. Ella se los pone para no empaparse en los charcos, para poder meterse por el barro. Hace ya al menos dos horas que anocheció y no se ve ni un alma. Se diría que la única vida alrededor es la que se enmarca en las ventanas iluminadas por la luz anaranjada de las salas de estar y los fogonazos azules de los televisores. Pero hay una vida más pequeña, una existencia más modesta que impulsa a nuestra amiga cuesta abajo, cargada con sus bolsas, y hacia la que camina con el pelo algo desordenado y la sonrisa en su sitio.
No puedo decir su nombre. Tampoco puedo desvelar el lugar en el que nos encontramos. La sigo con una devoción similar a la que supongo se profesa a los santos, mientras ella me explica que hace siete paradas en su ruta. Todas las noches, cuando los demás se han ido de vacaciones o han salido a divertirse o remolonean en su sofá o se encuentran debilitados por la gripe. Todas las noches, haga frío o calor.

Hoy estamos de suerte: no nos empapa la lluvia ni nos azota el viento ni la helada nos corta la respiración. Es solo una simple noche de invierno, pero advierto que ella debe de estar hecha de un material más resistente, pues varias veces, al agacharse, el pantalón del chándal y el forro polar se separan un poco en su espalda y dejan al aire una franja de carne donde yo tengo la impresión de sentir el frío más que ella misma: como si la concentración en lo que hace le impidiera sentirlo, ni una sola vez acerca la mano al borde de la ropa para estirar, hacer ese gesto de taparse. Mientras distribuye la comida (una seca que suena -lo único que se oye en esta soledad- al caer sobre el recipiente de plástico que recupera de entre los matorrales y que coloca sobre unos cartones con los que sustituye los mojados, y otra, que sirve de una lata -una de ese montón de latas que le trae regularmente su cómplice, su amigo-) me digo que no hay material más resistente que el amor y que por eso ella no siente el frío.

Tampoco tiene miedo. Se lo pregunto porque suele hacer el recorrido sola y nuestra primera parada es en un parque, al borde de una carretera. La luz de unas pocas farolas ilumina apenas un lugar que de noche es de sombras: las de los árboles, las de un quiosco de bebidas, las de los fantasmas que me acechan. A ella no. Ella solo teme a los envenenadores y se le ha iluminado la cara cuando un enorme gato corre a lo lejos hacia donde estamos. Le ha avisado con un tono especial y unas palabras dulces, que él ha reconocido rápido. Le llama Coco. Le habla. Cree que queda poco para acabar con su periodo de socialización y que entonces podrá aplicarle el método CES, que la anima desde hace años a continuar con su esfuerzo: capturar-esterilizar-soltar, el único eficaz para controlar el crecimiento de la población de gatos callejeros y gestionar de la mejor manera sus colonias.

Ella realiza una tarea que debiera ser obligación de las instituciones locales. Lo hace sola y casi clandestina, con la mera connivencia de algunos vecinos que toleran su generosidad frente a la hostilidad, y hasta el acoso, de la mayoría. Frente a quienes persiguen y agreden a los gatos callejeros o asilvestrados. Pero sabe que son la educación, la sensibilización y la responsabilidad las vías para proteger a estos bellos, misteriosos y pacíficos compañeros. Actualmente alimenta a unos 50 y trata de ganarse la confianza de unos cuantos a los que esterilizar y devolver a su colonia si no encuentra adopción para ellos. Ha perdido la cuenta de los que ha salvado, devolviéndolos o no a la calle. Los desparasita regularmente. Se lleva a casa a los enfermos. Rescata camadas huérfanas que lloran por sobrevivir.

Después del parque vamos a un par de descampados. Luego, a una azotea mugrienta, inundada y sórdida, a la que se accede por unas escaleras metálicas y donde solo distingo aparatos de aire acondicionado. Allí la esperan otros seis, que me recuerdan el calor de las mantas y el cariño en que he dejado envueltos en casa a mis dos gatos, que también fueron callejeros. Siento angustia, tristeza y rabia. Ella les recoloca el refugio de poliuretano que su amigo ideó para ellos hace unos días. Ya solo queda un punto, en plena calle. Allí rescató a Héctor, al que puso el nombre del niño con el que jugaba. La silueta de su hermano se recorta al final de la acera. Solo entonces se enciende ella un cigarrillo de liar que saca de una cajita de metal. Y solo entonces me fijo en sus manos: algo toscas, con la piel seca y cortada. Son las manos de alguien cuya profesión sugiere manos finas y delicadas. Y cuando veo esas manos que algunos considerarían estropeadas, me dan ganas de besárselas.



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4 dic 2010

‘Las corridas de toros son entornos maltratantes’

Entrevista a César Herrera, sociólogo especialista  en niñez y adolescencia.

¿Qué tan válida es la prohibición de que los niños ingresen en las corridas de toros?
Creo que es una medida de protección frente a una situación de violencia que puede afectarles. Es una medida más, al igual que la censura en el cine, en los programas de TV, a que ingresen a discotecas. En una sociedad de derechos se busca en los seres humanos el desarrollo, la afectividad, el amor, el reconocimiento, etc.
¿En este tipo de actos no le corresponde decidir a los padres, que tienen la patria potestad de los hijos?
 
Hay dos principios. Primero, está el interés superior del niño que se establece en la Constitución y en el Código de la Niñez y la Adolescencia; cualquier política o acción que tome la sociedad debe tener como prioridad que el niño esté protegido. Segundo, es el principio de progresividad, las normas y acciones se toma según su edad. El Estado, la familia, la sociedad están llamados a proteger al niño. Todos jugamos un papel de corresponsabilidad.
¿De qué se busca proteger a los infantes en este caso?
Las corridas de toros son entornos maltratantes, que tendrán historia o arte, pero nadie puede negar que hay violencia. Los padres y la sociedad deben evitar que el contexto de los niños sea maltratante, tanto en la escuela, en la casa y en su ambiente.
¿Por qué no es saludable?
Espectar violencia, en general, es traumático, incluso para un adulto. Creo que para cualquier niño que asiste por primera vez es como un golpe. Después se puede acostumbrar, incluso puede decir que es normal. La violencia y el maltrato son un círculo vicioso. Estas estructuras se reproducen, generan imaginarios que, inconscientemente, hacen que se acepte el maltrato.
Esta última medida desató polémica, porque hay familias que acuden a la Feria Jesús del Gran Poder junto con sus niños como tradición.
Antes se decía: “Es mi hijo y hago con él lo que quiero; y si para que se eduque tengo que maltratarlo, lo hago”. Ese discurso ya no tiene sustento, en una sociedad de derecho, las cosas tienen que cambiar. Ese entorno podía funcionar en una época, pero cuando una sociedad pone el paradigma del derecho como su base de convivencia se tiene que actualizar y renovar. Implica revisar, por ejemplo, otro tipo de festejos que los toros, que son menos maltratantes.

¿Cómo ir en contra de esa tradición cultural?

En Barcelona (España), donde era tradición ver las corridas de toros se suspendió. En la sociedad de derecho, el nuevo paradigma de la vida no encaja con el maltrato y la violencia. Más allá de que sea sostenido por criterios culturales, que pueden ser respetables, entendibles, pero no justificables. En una época tenía muchos sentidos y símbolos, no se puede negar. Si se busca una sociedad de bienestar, esto no se puede justificar.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
  • Su experiencia. Sociólogo y especialista en temas de niñez y adolescencia.
  • Su punto de vista. Cree que prohibir el ingreso de niños a las corridas s es una medida de protección.
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1 dic 2010