8 feb 2010
Los 6.000 tigres cautivos que avergüenzan a China
Los conservacionistas quieren salvar de la extinción al símbolo más poderoso de Asia08.02.10 | 14:27 h. Informativos Telecinco / AgenciasVota Resultados0 votos
Los expertos se preguntan qué puede hacer China con los 6.000 tigres que mantiene en cautividad en condiciones deplorables e incapaces de readaptarse a la vida salvaje en un año, el del Tigre, en el que los conservacionistas intentarán salvar de la extinción al símbolo más poderoso de Asia. La de China es la mayor población de tigres en cautividad del mundo, tras adelantar en 2007 a Estados Unidos, donde según la organización TRAFFIC, la red mundial de vigilancia sobre flora y fauna, hay otros 5.000 recluidos.
La situación es paradójica teniendo en cuenta que el felino se extinguirá en su hábitat natural en menos de tres décadas si no se toman medidas, según señala el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), pero estos tigres domeñados son incapaces de aprender a cazar y su hábitat y presas prácticamente han desaparecido.
"Si hubiera que escoger entre la extinción de la especie y la supervivencia de ejemplares en cautividad, creo que sería mejor la extinción que las granjas y zoos de China y de otros muchos lugares del mundo", declaró a Efe Kati Loeffler, veterinaria del Fondo Internacional para la Protección de los Animales (IFAW).
La maldición del mercado negro
Loeffler es partidaria de cerrar las granjas porque "sólo sirven para abastecer el mercado negro de partes de tigre y porque la calidad de vida de los animales en ellas es inhumana". Asegura que las ONG y el gobierno podrían ocuparse de estos gatos gigantes y maltrechos hasta que mueran de forma natural y, en casos desesperados para los muy enfermos, propone la eutanasia.
El gran felino asiático agoniza en toda la región: de los 3.200 que sobreviven entre India, Rusia y China, esta última sólo acoge a 50, y sólo en el noreste (tigre de Amur), con 20 especímenes, hay posibilidades de que sobreviva por su cercanía a la reserva rusa.
Hace un siglo había 100.000 tigres en el mundo, pero desde entonces, los exterminios masivos y la caza causaron la extinción de las subespecies de Bali en 1937, la persa o tigre Caspio en la década de 1960, y la de Java, vista por última vez en la de 1970.
Fueron precisamente los intentos por preservar la raza autóctona del sur de China, el tigre de Amoy o de Xiamen, los que han puesto de manifiesto en el país asiático la impotencia por devolver a su menguante entorno natural a estos grandes felinos. El tigre de Xiamen se considera extinguido en su hábitat desde 1994, pero quedan unos 59 ejemplares en cautiverio que la ONG Salvar al Tigre de China se ha propuesto devolver a la vida salvaje.
Para ello, envió a dos ejemplares a Sudáfrica para ser "asilvestrados" en una reserva y espera reintroducir este año a sus cachorros en las provincias chinas de Jiangxi y Hunan (este del país), un plan que apoyan famosos como Jackie Chan, Michelle Yeoh, e incluso Madonna o Tiger Woods, asegura la organización. "Nuestra opinión es que va a ser muy difícil enseñar a los tigres a cazar en la naturaleza, no conocemos ningún caso exitoso", explica Jiao Bei, portavoz de TRAFFIC en China.
Condenado a la cautividad
Es decir, una vez en cautividad el tigre pierde su capacidad depredadora, y por tanto, de sobrevivir: en libertad, no sabe vivir lejos del hombre, al que se acerca para recibir comida, no sabe ni cómo matar a una vaca, apunta Xie Yan, directora para China de la Sociedad para la Conservación de la Naturaleza (WCS).
Después de que Mao Zedong ordenara el exterminio del tigre en la década de 1960 por considerarlo una "peste", en los últimos 15 años Pekín se ha planteado recuperar la especie mediante su cría en granjas estatales. Al igual que con el oso panda, han sido necesarios años para descubrir que el plan era un fracaso, y que la forma de ayudar a los tigres a sobrevivir es recuperar su hábitat y frenar la caza furtiva mejorando el nivel de vida de su depredador, el ser humano.
Mientras la magnitud industrial de estas granjas evidencia su papel de proveedoras del mercado negro de partes de tigre, con el fin de preparar brebajes de hueso de tigre para 25 millones de chinos con problemas óseos que creen falsamente que así se curarán, su existencia no ha detenido la caza furtiva en los tres países.
Aunque el comercio está prohibido desde 1993, la actual situación desvela la incapacidad china para contener la caza furtiva.
La mayoría de los expertos mencionados propone el cierre de las granjas y mantener la prohibición de comerciar, mientras otros creen que su clausura disparará la caza furtiva en Indochina. Xie, de WCS, señala que "estas granjas son un problema muy grave, porque mantienen el comercio ilegal. El problema es cómo cerrarlas y qué hacer con los 6.000 tigres. No tenemos respuesta".
La desaparición del tigre, un depredador que ocupa la cumbre de la pirámide del ecosistema salvaje, pone de manifiesto el deterioro de la fauna en nuestro planeta, señalan estos expertos
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