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20 dic 2009

Animales sin animaladas por estética






El "recorte" de orejas a perros es realizada, en ocasiones, por los mismos propietarios. A veces, se cometen tropelías



Rabos de perros seccionados por coquetería, orejas caninas recortadas para aparentar ferocidad, y gatos con las uñas arrancadas para cuidar el parqué de casa. Estas amputaciones comunes a los animales, aplicadas por motivos estéticos o por comodidad de sus dueños, ya son ilegales


PACO CERDÀ VALENCIA Basta de animaladas con los animales. Es lo que han decidido las Corts Valencianes esta semana al aprobar la prohibición de mutilaciones en animales por razones estéticas. Hasta ahora, las amputaciones más frecuentes consistían en recortar el rabo y las orejas en algunas razas de perro, como el yorkshire, el doberman, el fox terrier, el cocker o el rottweiler, para acentuar determinados rasgos de su apariencia física, como la peligrosidad o la coquetería. También era común ver a gatos con las uñas arrancadas para que no arañaran el parqué o los muebles de la casa. Pero en unos días, cuando entre en vigor la modificación de la ley 4/94 sobre Protección de los animales de compañía, estas prácticas pasarán a estar prohibidas por ley en la Comunitat Valenciana, como ya ocurre en Andalucía y Cataluña.
La modificación ha salido adelante gracias a la enmienda presentada por la Federación para la Protección y Defensa del Animal en la Comunitat Valenciana (Fedenva), una plataforma que agrupa a una veintena de protectoras de animales. Su presidenta, Esther Esquembre, explica la trascendencia del cambio. Por un lado, sociológica, porque significa un avance en la concepción del animal. El animal es como es y no se lo manipula genéticamente al antojo del propietario.
Por otro lado, el destierro de estas prácticas mejorará la vida de los animales afectados. "En los perros, la amputación del rabo les impedía comunicarse bien con el resto de animales". Un perro contento mueve la cola en alto; uno miedoso la esconde entre las patas; un can agresivo dispuesto a a atacar pone el rabo tieso. Pero si no tiene rabo, al perro se le ha mutilado también su capacidad comunicativa.
Con las orejas pasaba algo similar. Pero además, cuando la mutilación no corría a cargo de un veterinario sino que la practicaba el propietario de forma chapucera, la amputación podía acabar siendo un desastre y "aumentar el grado de infección del animal por los oídos", explica Esther Esquembre.
Aunque menos común, la amputación quirúrgica de la última falange de los dedos del gato para arrancar sus garras, llamada oniquectomía, tiene efectos todavía más perniciosos. Aquí, más que por estética, se hace por comodidad con el fin de evitar daños en la vivienda del propietario. Con esta operación, al gato se le están arrancando las uñas y la parte más primaria de su alma felina. "Además, si se escapa o lo abandonan, ese gato se queda sin autodefensa y sin su principal herramienta para trepar", alerta la presidenta de las protectoras valencianas, que propone otras alternativas a la desungulación: la colocación de rascadores en casa, el uso de feromonas, repelentes para disuadir ciertas zonas, el revestimiento de pequeñas fundas de plástico que funcionan como uñas postizas o el corte periódico de las uñas del animal.

Los veterinarios, contentos
En la misma línea, el vicepresidente del Colegio de Veterinarios de Valencia, Francisco Beltrán, asegura que "los veterinarios ya estaban aconsejando evitar las mutilaciones por estética y apostar por otras técnicas de corrección de conductas". Ahora, de todos modos, ya estará prohibido. Beltrán saluda la modificación legal que equipara a la Comunitat Valenciana con las comunidades más garantistas. El próximo reto, afirma, será "la obligación de esterilizar a los animales no destinados a la reproducción para evitar la proliferación descontrolada y el posterior abandono de ejemplares".

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