viernes, 17 de julio de 2009
El proyecto de ley taurino
Por: Carlos Bustamante cm-bustamante@ hotmail.com
Fue radicado en el Congreso de la República de Colombia, el proyecto de Ley 313 del 2009, que busca establecer parámetros taxativos legales como es la de prohibir a los diferentes Alcaldes del país pronunciarse en contra del maltrato a los animales de plazas de toros, al igual contempla la creación de subsidios estatales para financiar corridas, escuelas de toros, y en tercer lugar como si todo lo esbozado con anterioridad fuera poco, vislumbra también el proyecto aludido incentivos monetarios para los grandes hacendados regionales poseedores o criadores de ganados lidia de diferentes castas taurinas.
Observando los tres pilares expuestos del proyecto de Ley Taurino se puede observar a simple vista que se trata de un intento por institucionalizar las corridas de Toros en el país al legalizar mediante estímulos económicos su existencia amparada nada menos que la Ley con subsidios estatales y al mismo se trata de amordazar en forma legítima el pensamiento de la autoridad administrativa de los Municipios Colombianos como son los Alcaldes, para que se abstengan de hacer pronunciamientos en contra de esta práctica violenta impuesta por la conquista de la barbarie Española, mucho antes que se produjera en la incipiente Patria, la derrota sucesiva en el nuevo mundo de las tropas del conquistador Pablo Morillo por el ejercito libertador compuesto del Sargento Inocencio Chinca, Barreiro, Maza, Bolívar y otros tantos héroes desconocidos de la República que dieron todo de sí para ser dignos y lograr tener libertad e identidad propia.
Por eso es que se afirma que el proyecto de Ley Taurino 313 es una ofensa contra la dignidad y al mismo tiempo es un retroceso ético y moral contra los Colombianos, ya que se trata de imponer la observancia normativa para todos los asociados de la nación de una práctica violenta ajena por completo a los atisbos culturales que nos identifican, que nada tiene que ver con los arraigos indígenas criollos de la cual provenimos.
Informaciones estadísticas difundidas por firmas encuestadoras serias sitúan las preferencias del público en materia de corridas de toros por debajo del 0,2 % de la población, lo cual es un guarismo deficiente ya que en proporción al umbral mínimo deseable como es el 3%, no alcanza clasificar como puede verse claramente, estos resultados tienen fundamentos y/o asideros precisos en la gente joven del país es escéptica y reprueba esta práctica violenta de la mal llamada fiesta brava, en la que un grupo de cuadrilleros someten a torturas al toro, que implica un día de ayuno sin agua y sin comida antes de llevarlo a la plaza, en donde es desembarcado en un lugar cercado de tablones en donde es imposible para el animal sentarse, luego el día de la corrida es correteado por cuatro o cinco manteros que lo cansan en un círculo del tamaño de un cancha de microfútbol, cuando el toro se para extenuado en medio de la plaza aparece el banderillero que le clava filosas varillas puntiagudas de acero en el lomo del animal que lo hacen saltar de dolor, luego de lo cual en el espacio de uno o dos minutos de tiempo en que los movimientos del animal con las banderillas insertadas en su lomo rasga la epidermis del toro, se le ve cansado con la lengua afuera, es el preciso momento en que aparece el torero con su traje de luces, que será finalmente el encargado de asestarle la estocada mortal con una filosa hoja de acero que atraviesa sus pulmones y luego el corazón hasta producirle la muerte.
Las principales plazas de toros del país como son en efecto la Santa María en Bogotá, Macarena en Medellín, Cañaveralejo en Cali, Monumental en Manizales, son centros de torturas y muertes de toros de lidia cuya afluencia de público tiende disminuir cada vez más con el paso de los años, a tal punto que sus organizadores se quejan de ello en entrevistas, lo cual demuestra que estas prácticas violentas van en verdadero retroceso en el país, tal vez por ello los gestores del proyecto en mención como el senador Juan Carlos Restrepo Escobar, intentan mediante el proyecto de Ley mencionado inyectarle halito de vida salvador legitimizandolo en la norma de obligatoria observancia para todos, primero prohibiendo las críticas de los Alcaldes contra las corridas de toros y segundo adicionando recursos estatales mediante la modalidad de subsidios para el gremio taurino, para la perdurabilidad de estas prácticas violentas de tortura y muerte contra el animal de lidia señalado.
En posteriores encuestas realizadas por firmas serias y de credibilidad entre los Colombianos, la comunidad se ha pronunciado ante una eventual sustitución y/o reformas de esas plazas de torturas y muerte de toros señaladas, indicando que deben convertirse en lugares para la presentación de conciertos musicales, lo cual en esencia es una buena idea porque tiende hacerle culto a la vida y al amor que es lo que realmente vale la pena, con significados enaltecedores para la gente joven y en general de bien .Realmente no es gracioso ver la espada embardunada de sangre de toro, exhibida al público por el torero, aun bajo los motivos alegóricos al evento del traje de luces, caballos con aditamentos, música de pasodobles, al fin y al cabo el gran fondo del asunto es muerte, que es lo que debe observarse sin entrar en sofismas de distracciones inútiles.
http://el-informado r.com/detopin. php?id=3831
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