13.07.09 -
BEGOÑA AMEZTOY
Se acabó el cachondeo. Hoy hablamos en serio. Igual hasta me lo agradecen. Hace unos días visité la Sociedad Protectora de Animales. Un recinto entre Igueldo y Usurbil donde docenas de animales abandonados son recogidos y cuidados por personas admirables. Con mucha dignidad pero con escasos medios. Apenas cuentan con un exiguo montante de Diputación y las cuotas de los socios, 7 euros al mes (lo que cuesta una caña y dos pintxos.. Anímese, no sea rácano) ¡Pobres animales! Es muy duro verles pegados a las verjas intentando desesperadamente ser adoptados por humanos. Una visita dramática, sin duda, que a pesar de todo, debería ser de obligado cumplimiento. Especialmente para los más jóvenes. Porque es en la compasión por el débil donde comienza eso que llaman ahora «la cultura de la Paz».
Pobre de mí, dicen los animales intentando huir de la crueldad del hombre. De tipos sin piedad como Hemingway que, incluso sobrio, era capaz de decir «Me gustan los toros y las guerras civiles». No entiendo cómo en Pamplona mantienen en pie la estatua de este viejo ídolo sediento de sangre. Menos mal que los nuevos iconos tienen 24 años, como Lydia, la nieta vegetariana del Che Guevara capaz de colocarse sobre el pecho un arnés cargado de zanahorias a modo de balas. Olé tus ovarios, tía. Lydia dice que la revolución del siglo XXI será la del respeto por la Vida, los derechos de los animales y la dignificación del planeta. Pues eso... Y tú que lo veas. Amén.
http://www.diariova sco.com/20090713 /ultima/pobre- 20090713. html
No hay comentarios:
Publicar un comentario