LA CARA MAS AMABLE DE LAS MEDUSAS
elmundo.es | Madrid
Hasta los seres más molestos y fastidiosos para el ser humano cumplen una función en la naturaleza. Según un estudio publicado en la revista 'Nature', pequeños organismos como las medusas tienen un gran impacto en la composición de los océanos. El artículo expone cómo estos animales, junto con el plancton y los copépodos son capaces de desplazar grandes cantidades de agua procedentes del fondo marino en dirección a la superficie.
La investigación, realizada por el Instituto Tecnológico de California, explica el proceso por el que capas de agua fría procedentes del fondo, emergen y se mezclan con corrientes más cálidas y ligeras. De la combinación de estas capas, depende la distribución de calor, nutrientes y sustancias químicas que ayudan a mantener el medio marino e influye en el clima mundial.
Para verificar sus hallazgos, los científicos viajaron a la isla de Palaos, donde han estudiado los movimientos de diferentes organismos, entre ellos las medusas. Sus experimentos incluyen la utilización de una sustancia fosforescente en el agua para observar, a través del líquido teñido, el desplazamiento que provocan estos animales. Los investigadores descubrieron que grandes cantidades de agua las seguían durante largas distancias. A través de series de cálculos estimaron el impacto que la mezcla tendría en las corrientes marinas.
Antes de este estudio, la teoría de que los animales tuvieran algún efecto en las corrientes había sido desechada por los científicos, que afirmaban que la viscosidad del agua anularía cualquier turbulencia que creasen animales pequeños o plancton.
Sin embargo, según los expertos del centro californiano, la viscosidad del agua mejora este proceso y amplifica sus efectos. "Es como un hombre nadando en miel", explica John Daibiri, co-autor del artículo junto con Kakani Katija, "lo que acaba ocurriendo es que un copépodo lleva más fluido, en proporción, del que llevaría una ballena".
Mecanismo darwiniano
Hace ya cincuenta años, Charles Darwin, nieto del famoso científico, fue el primero en afirmar la influencia de los animales en el océano. "En el mecanismo darwiniano, un organismo arrastra el agua a su alrededor a medida que avanza", explica Daibiri. Esta teoría abrió un gran debate en la comunidad científica.
Partiendo de esta idea, los investigadores realizaron simulaciones matemáticas de lo que ocurriría si muchos animales se mueven a un tiempo en la misma dirección. Cada día miles de millones de diminuto krill y copépodos emigran miles de metros desde el fondo a la superficie. Según el mecanismo de Darwin, arrastrarían con ellos parte de las aguas más frías y pesadas hacia arriba, lo que crearía inestabilidad en algún momento, se mezclarían.
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